Los guerreros



         La guerra era el medio para asegurar el poder de los monarcas, acrecentar los reinos o defenderse de los ataques. El reino de Mauror poseía un sistema defensivo repartido por estas tierras de sierras, valles y bosques impenetrables. Contaban con posiciones estratégicas en puntos elevados, a través de una red de atalayas como La Peñagua o la propia sierra de Montegil y de castillos como los de Cote o Coripe. Así vigilaban las vías de comunicación para garantizar el comercio y la seguridad de los súbditos.



           Para un guerrero era imprescindible estar bien equipado. Sables, dagas,  puñales, ballestas, hondas y jabalinas, son algunas de las armas. Los jinetes utilizaban la lanza y el hacha de doble filo, los guerreros a pie la maza y la pica. Sus uniformes los protegían con tiras de cuero y placas metálicas. Para la cabeza usaban mallas o bien un capacete de hierro. Los escudos eran muy variados, el soldado a pie lo llevaba circular, de madera y cubierto de placas de hierro y los jinetes cargaban con broqueles o adargas, de tamaño reducido, ligeros y realizados con cuero grueso.

En el siguiente documento se reproduce cómo podría haber sido cualquier escaramuza en nuestro lugar de fronteras, hace mil años.